Somos conscientes de que muchas personas cuentan con la formación necesaria, tanto en el aspecto académico como en el vital, para traducir vuestros textos. No obstante, en TraducArte sumamos además la pasión que, si bien es un valor añadido en multitud de disciplinas, es esencial cuando se trata del arte, pues está repleto de matices que es imprescindible captar, comprender y respetar a la hora de volcar cualquier obra en otro idioma.

 

En TraducArte traducimos porque, además de eso, creamos: escribimos, actuamos, cantamos, cocinamos, viajamos, fotografiamos… Por todo ello, sabemos a lo que nos enfrentamos cuando nos encargamos de una obra ajena, y la disfrutamos, paladeamos y cuidamos como si fuera nuestra.


TraducArte nace, por una parte, de esta convicción inamovible de que todas las personas merecen tener el arte del mundo entero a su alcance, sin importar el idioma o la plataforma en que haya sido concebido y, por otra parte (para qué negarlo), de la necesidad caprichosa de vivir rodeados de belleza. No es solo por ética, responsabilidad o sencillamente porque es nuestra profesión: TraducArte es una forma de disfrutar del arte y de la vida.